viernes, 3 de mayo de 2013

En unos años, el Cosplay será la principal fuente de ingresos en México: Expertos

• Cristo Redentor, ayuda a estos muchachos
a regresar al buen camino.
CIUDAD NEZA.- Lo que pensamos que sería una moda estúpida, como la linaza para el cabello y la licra, llegó para quedarse. Y peor aún, expandirse y perdurar. Esperemos que esté sentado cuando lea esto, porque le van a doler las talegas.
Y es que resulta que expertos en algo, consultados por Fuerza Informativa El Ajo, consideraron que el Cosplay, ese arte de vestirse como monito japonés, podría convertirse en algunos años, en la primer actividad económica de México, muy por encima del petróleo, el narcotráfico, las telecomunicaciones y las operaciones de cambio de sexo.
Cada semana, en nuestro país, se llevan a cabo convenciones que se ven infestadas de jóvenes, jovenas y cosas que se visten como personajes de manga y animé japonés. Ante los ojos virginales de nuestros reporteros, enviados infraganti a atestiguar estos eventos, desfilan individuos disfrazados de Naruto, Gokú, Ded note (o como se escriba, que importa) y la Señorita Cometa. No son uno, ni son dos. Son un friego. O "bien muchos", de acuerdo al dialecto de Colima. Está de más decir que las convenciones le llenan la mente a nuestros niños de kamejamejas y tuxedos mask.
Según "Gato-Kakashi", uno de los entrevistados, este tipo de entretenimiento travesti-infantil, puede significar una importante inversión económica. Y es que el gasto de disfrazarse en uno de estos monos del diablo va desde 30 pesos para salir caracterizado como "niño dios" (comprar un pañal, básicamente), hasta los 50 millones de dólares, que es lo que gastó un muchacho capitalino para someterse a una pokemonplastia, y transformarse en un mono llamado "picachu".
Cada Estado del país (salvo Tlaxcala, donde no caben), tiene al menos una o dos convenciones por mes. En entidades hiperpobladas, como el DF y su sucursal, el Estado de México, al cifra se dispara a 30 o 80 a la semana. Una barbaridad que nos da una idea de la satánica influencia que Fideo Kojima y Akira Tokugawa tienen sobre las influenciables mentes de los peques mexicanos.
"Ahora, uno de cada 15 jovenes entre los 10 y los 45 años es adicto, ya no solo aficionado al cosplay, le gusta disfrazarse de Sakuro peluchón o de Sasuke emo", afirmó uno de nuestros expertos. Cuando le cuestionamos cuanto tiempo tardará, ya, neta, en convertirse el cosplay en la primer actividad industrial de México, nos dijo: "Pues unos dos o tres siglos".

1 comentario:

Sumire dijo...

Y yo que pensaba que tenia que bajar de peso para poder hacer cosplay :P me han demostrado que estaba en el error, gracias :)