martes, 12 de marzo de 2013

Con una enfrijolada gigante, Tlaxcala celebra que llega a 10 habitantes

Todos los habitantes de Tlaxcala
salieron a recibirnos.
TLAXCALA.- Bravo, bravo, bravísisimo. Por años, aunque sospechamos que si decimos que siglos sigue siendo cierto, Tlaxcala ha sido un Estado alienado de la Federación. Alejado del desarrollo. Olvidado por el Imperio Galáctico. Es chiquito, sus caminos son de terracería, el fuego y la rueda no fueron descubiertos hasta bien entrado el Siglo IXI....o como se escriba 19. Y sobre todas las cosas: Es de primera. Si, porque si usted va manejando, con que meta la primera velocidad, lo recorre todo, de proa a popa, en 10 minutos.
Bueno, total, el Microestado, de la mitad del tamaño del Vaticano, finalmente tiene un motivo para lanzar cuetes y serpentinas: Llegó a 10 habitantes. Apretados, si. Pero felices, también. Algunos viven en su casa, otros viven sobre rocas. Y para celebrar este numerote, han decido preparar la enfrijolada más grande del planeta Tierra.
Los habitantes de ese Estado decidieron esto, en parte porque a diferencia de Oaxaca con su queso, San Luis Potosí con sus enchiladas, Jalisco con su torta aguada, Sinaloa con el pollo y el DF con la basura, Tlaxcala no le ha aportado nada a la gastronomía (como al resto de la cultura). Parece ser que alguien notó que las enfrijoladas, como si fueran líderes sindicales, no tenían madre, así que serán ellos los que las adopten, con la que de ahora en adelante serán reconocidos como "Tlaxcala, la cuna de la enfrijolada y el pulque, pásele".
La preparación de la enfrijolada requerirá que el Estado se endeude con 500 pesos, lo que representa el 3400% del presupuesto estatal. El gobernador de Tlaxcala, un señor gordito muy agradable, señaló en exclusiva para El Ajo que "como chingan, váyanse".
Mucha suerte, tlaxcaltenses, enhorabuena de parte de la redacción de este medio, y no olviden, inviten.

1 comentario:

Raxel dijo...

Olvidaste esa anomalía de la gastronomía y la lengua española que son las típicas quesadillas sin queso del DF