miércoles, 14 de marzo de 2012

Confunden al Buki con Cristo en Arabia Saudita ¡y lo crucifican!

• Perdona nuestras ofensas.
RIAD.- Ya. Se. Armó. La. Gorda. Y es que lo que sería una inocente gira musical de Marco Antonio Muñiz... ah, no, ese es el otro. Otra vez.
Y es que lo que sería una inocente gira musical de Marco Antonio Solís por los países árabes terminó en una zacapela, luego de que un grupo de beduinos confundió al "Buki mayor" con Jesús y lo crucificó en pleno desierto. Afortunadamente para el autor de Maldita primavera, el palo donde lo clavaron era muy delgado y se rompió, por lo que ya está sano y salvo en su casa, que se nos hace es en Miami.
La rebambaramba comenzó hace 15 días. El Buki estaba de gira por diversos países árabes, donde demostraba que más allá de que la gente no le entendía nada, su música parecía ser adormecedora y tranquilizante para los camellos, por lo que en lugares como Irán, Irak, Omán y Siria las puertas de los cafés y moteles se le abrieron de par en par.
Y allí andaba muy quitado de la pena el cantante, montado en una yegua, cuando a la mitad del desierto de Arabia Saudita (quien sabe que andaría haciendo en ese lugar), le salieron a su paso unos beduinos, que de inmediato lo encararon con un lenguaje que nos resulta incomprensible, aunque enojados los árabes suenan como habitantes de Alvarado, Veracruz.
En un principio el cantante pensó que los malencarados habitantes del desierto, como si se trataran de Pablo Montero, con algo de alcohol se calmarían, pero no. Parece ser que los beduinos confundieron el look de profeta de antiguo testamento que se carga el Buki con el del auténtico y real Jesús nuestro señor, y decidieron crucificarlo por segunda vez en la historia.
La falta de árboles y cualquier cosa útil en el desierto hizo que el par de montacamellos crucificaran al Buki en una cruz cuya madera estaba más porosa y fregada que la usada en los muebles Troncoso, por lo que pronto fue liberado, aunque el cantante decidió que mejor "allí moría la cosa" y dejó la gira inconclusa (y la yegua abandonada), dejando pendientes presentaciones en El Tibet, la India, Nepal, Kazajistán, Japón y Pihuamo.
En el Ajo hacemos votos porque los hermanos musulmanes dejen el camino del fundamentalismo y reenfoquen esa violencia hacia donde va, que debe ser en dirección a Espinaco Paz.

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