EL PASO.- "Qué cabrones". Eso nos gritó la señora de al lado mientras investigábamos esta nota. Y es que vea usted, amable lector, se descubrió ayer que el gobierno de Estados Unidos, en colución (no sabemos si así se diga pero nos gusta como se lee) de diversas compañías disqueras, introdujo de forma ilegal a México al menos 300 toneladas de discos de Justin Bieber, que fueron a parar a manos de esos delincuentes comunes llamados "Believers" en una operación llamada "Rápido y pedorro".
El agente Pedro Antonio Montaño Ochoa, quien nos pidió guardar anonimato pues se encuentra amenazado de muerte, explicó que "al parecer estos gringos llevan años metiendo grandes cantidades de mala música a México, creemos que al menos desde 1920, pero ahora sí se mancharon feo".
Montaño Ochoa, que vive en la avenida Lindavista de Ciudad Juárez, casa número 2214, anotó que "la música de ese morro con peinado de bacín es muy nociva para los jovenes. Los apendeja pues". Agregó que diversas casas de rehabilitación han señalado que la música de Bieber afecta el cerebro igual que lo haría el "un taladro, así de feo".
El gobierno americano, que en los últimos años ha introducido armas, droga, piratería, delincuentes y ancianos retirados, negó tener conocimiento de este operativo encubierto, esto pese a que aquí en el Ajo tenemos copia del siguiente memorama enviado del FBI a la DEa, y que curiosamente, esta en español (que bueno, porque no hablamos inglés):
"Vamos a mandar discos de Justin Bieber a México, para ver como afecta su cultura, jiji".
Seguiremos informando conforme evolucione la situación.
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