• La maquina sale a dar un paseo. |
¿Un milagro moderno o una tomadura de pelo? Esas son las dos preguntas que una y otra vez suenan en la cabecita de los grandes cardenales de El Vaticano, quienes se encuentran analizando el caso de una maquina de refrescos que tras 20 años de servicio en un Aurrera (que ya ni es Aurrera, es un Waldo's), sigue surtiendo de refrescos a los incautos compradores. La cosa milagrosa aquí es que nadie ha colocado latas nuevas en esa máquina desde que se instaló hace dos décadas, así que ¿quién pompo maquinita, quien pompo?
El asunto comenzó a ganar interés durante el último fraude electoral que azotó a la nación, momento en que algunos medios de comunicación comenzaron a buscar cortinas de humo para distraer a nuestra población, algo que resultó muy sencillo.
Fue así como nos enteramos de la existencia de la máquina de refrescos kz.0166985, instalada en el estacionamiento de un Aurrera hace 20 años. La decidia y jotería de los repartidores, que jamás se volvieron a parar cerca del establecimiento, hizo que la máquina que quedara sin nuevas bebidas que ofrecer, o al menos eso pensaba la gente.
Y es que 20 años después, el "Vendor Machine" (somos internacionales en El Ajo) sigue como el conejito de energizer, dando y dando. Lo misterioso es que además de no acabarse, el aparato reparte refrescos que han desaparecido, como la Coca Cola de Vainilla, el Mountain Dew, la Pepsi de Limón, la Pepsi Azul y el Zuba al tiempo, además de Boings de guayaba, que esos sí, siempre han sabido a pura caca.
Por lo pronto, los cardenales ya estudian elevar la máquina a la categoría de "Santa Patrona de los tiliches", y otorgarle una diócesis. Arrodillense de rodillas pecadores, que el imperio de las máquinas ha llegado, como está escrito en Matrix 1-3.
1 comentario:
Esta era la primera señal de que el apocalipsis está próximo.
Las máquinas empezarán a adentrarse en todos los estratos sociales. Esto apesta a que es responsabilidad de Skynet, y sus malditos Terminators.
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