• Extrañaremos a la porristas jaguareñas, claro que si. |
La historia viene de mucho tiempo antes, pero en El Ajo no aburrimos a nuestros lectores con argumentos legaloides como si lo harían en pasquines como Récord (aunque siendo ellos los que los publican, probablemente sean falsos), Ovaciones o el Esto.
Viajamos como cerdos voladores a Miami, donde en exclusiva y durante una francachela a la que logramos colarnos, el Secretario General de la Federación, Decio de Maria nos dijo: "Estoy muy borracho, me siento mal, creo que ese tequila era cianuro, ayúdenme perros, no se rían".
No nos interesó. Por eso mejor viajamos a Chiapas, donde una fuente cercana al club fronterizo señaló que Jaguares "busca crecer y nos vimos en una encruzijada, pues el nivel competitivo de la Liga Mexicana es tan bajo que podría ganarla incluso un equipo de ping pong. Por eso buscamos incorporarnos a una competencia de más granaje, y ándele, que solicitamos el ingreso a la Liga Española, dijimos 'chicle y pega', y que pega, jiji".
El cambio de liga, señala el equipo felino, ayudará a los españoles a dirimir asuntos importantes, por ejemplo, "la final de la Copa del Rey podría jugarse en el Estadio Víctor Manuel Reyna, porque el Bernabeu y el Camp Nou ya están bien choteados, dan flojera".
Mucho influyó, sostienen expertos, que los chiapanecos hayan decidido venderle a la Liga Española el Cañón del Sumidero, al EZLN e incluso unas banderas que les robaron al Comunicaciones de Guatemala. "La verdad vamos a estar mejor allá. Es más barato y más cómodo ir a jugar a Bilbao que ir a Tijuana contra los Xolos en Viva Aerobus".
Adiós Jaguares, los extrañaremos. No.